sábado, 13 de septiembre de 2008

Arroutada


Sé que no es el mejor momento para meterme en estas historias. Comienzo nuevos proyectos, me vienen encima nuevas responsabilidades, y no voy a tener apenas tiempo de respirar, es decir, de escribir, de evadirme. Pero lo cierto es que mi mente va por delante de mis intenciones y las arrasa sin ninguna contemplación. Desde hace tiempo da por hecho que escribo una página, y me encuentro sentada delante del ordenador, buscándola. Una arroutada de la mente, como tantas otras jugarretas. Se la concedo, al fin. Esta experiencia me acompañará de manera limitada, hasta cumplir el antojo de mi mente y mis ganas de escribir. Me pregunto además qué se piensa que pueda contar. Mis experiencias son reducidas, las conocéis, con las neuronas ramificadas en el trabajo y dispersas fuera de él, pero sin el conocimiento ni la seguridad de crear ningún tipo de dogma que merezca ser leído. Ni ganas. Lo cierto es que echo de menos hablar con vosotros y analizar el mundo a nuestra manera. Los días son intensos, la realidad cambiante, y son muchas las historias que se merecerían un momento de reflexión a vuestro lado. Cuando esta etapa termine y me pregunte qué he aprendido en estos años, quiero pensar que he vivido las pequeñas cosas y que he compartido mi tiempo con la gente que me importa. Muchos estáis lejos, y aunque de palabra nos contemos cómo nos va todo, este invento ayuda también a acortar distancias y decir que aquí estamos, que seguimos viviendo, que seguimos siendo los de siempre. Por aquí andaré, para los que queráis saber de mí. Bienvenidos viejos y nuevos conocidos.

2 comentarios:

Neftalí Jara dijo...

Aquí estoy, compañeira.
Y dentro de poquito ahí!
Haznos el favor de no dejar de escribir.Un abrazo grande

Olashi dijo...

Siempre descubro algo cuando te leo... gracias! un besito