martes, 3 de febrero de 2009

Crisis

El vendaval atmosférico ha dejado una total desubicación cosmológica de sentimientos que comienzan a cargarse de electricidad. Donde tendría que estar el amor hay continuas rupturas dialécticas. Donde debería encontrar un desahogo crecen lagunas creativas. En oleaje también está llegando la moda de una entonación al lenguaje para enfatizar retahílas, exprimida por algunos medios de comunicación (a dónde vas, manzanas traigo) que se me hace molestísima, casi tanto como el graznido que emiten los platos del comedor cuando los asesina el serrucho del cuchillo. Se clava en las encías y estalla los tímpanos .

Tranquilidad es olvidarse de que el viento nos empuja con su mano y que nuestra maleta podrá ser nuestro único hogar. Son tantas las cosas que suceden en el día..tan distintas entre sí, relacionadas sin saberlo por un mismo golpe en el tiempo y espacio, que almacenaremos en la mente en categorías varias siguiendo quién sabe qué lógica racional o no, y que volverán a nosotros decoradas por todas nuestras imprecisiones.

Es difícil plantearse una tarde de estudio llegando a casa a las seis de la tarde sin habérselo propuesto. Es válida la intención mañanera de afianzar las ideas con horas de dedicación en casa . No es agradable tener que decirle a nadie lo que tiene que hacer en su trabajo, aunque haya gente que espere ser educada. Es necesario llegar a casa y soltar los lastres en cada paso por el pasillo para tumbarse libre en el sofá. Es curativo liberar la mente y dejar que se mueva ligera y a su aire como pajarito que picotea libre por las teclas del portátil.

1 comentario:

Agurdión dijo...

Estaba buscando por aquí la reflexión de Baroja que me dijiste, pero no la encontré. Si me ayudas... Un saludo.